Josean Ramos le puso tanta pasión al asunto que apresuró la edición de la segunda parte de Vengo a decirle adiós a los muchachos, que contiene una generosa crónica titulada Recuerdos, memorias y otras nostalgias de Daniel Santos. Al ganar en formato y extensión, ahora es una novela de 480 páginas donde convergen excelente narrativa y certera investigación. Revisten especial significado tres sucesos que rodearon el evento pertinente a la nueva edición del libro. Primero, la introducción del escritor nicaragüense Sergio Ramírez, premio internacional de novela Alfaguara (Margarita, está linda la mar), donde alude su lanzamiento en el Eje Cafetero. El segundo hecho notorio es la celeridad con que el autor cerró la edición diez días antes de su viaje a Colombia, en noviembre de 2015 como lo ratifica el pie de imprenta. Lo último es el precio: 40 mil pesos por un libro impreso e importado de Puerto Rico.
La remozada novela de Josean contiene numerosas fotografías y reproducciones facsimilares de notas, panfletos, manifiestos políticos, reflexiones y letras. Incluye un cancionero patriótico con una veintena de letras y algunas partituras. Un amigo del autor lo condujo a El inquieto anacobero, un salón con una extensa memorabilia del cantante, situado en las playas de Ceiba, Puerto Rico. El espacio hace parte de El Rincón de Kamenza y Óscar, donde canta Kamenza Betancur, prima hermana de Daniel. Ella le entregó a Josean varias cajas salvadas de la basura, las cucarachas y los hongos. La cantidad de manuscritos hallados, a punto de desleírse por la humedad y los hongos, que eran casi ilegibles porque Daniel los escribía al ritmo de sus libaciones, dada su importancia histórica llevaron al escritor y a su infatigable mujer, Lenis, a realizar rituales invocatorios para que éste desde el más allá coadyuvara al descifrado de los textos.
El centenario de El Jefe ha traído consigo el tardío pero efectivo descubrimiento del otro Daniel Santos: el patriota, el activista asediado por el FBI, el compositor de la canción Sierra Maestra, un himno previo al triunfo de Fidel y sus barbudos pero que luego habría de ser marginada del decálogo de canciones revolucionarias cubanas. Por Josean Ramos y sus desvelos literarios, supimos de la existencia de otras cincuenta canciones inéditas para sumarles a las cuatrocientas que compuso ese comprometido cantor que, igual que Chaplin y muchos artistas residentes en Estados Unidos, fue macartizado y presa jugosa del amarillismo. Leídas las cuatrocientas ochenta páginas escritas por el exsecretario de prensa de El Jefe, concluyo que su libro no tuvo que cojear para obtener el sitio que, en aras de la justicia histórica, su palabra de escritor y la entereza política de Daniel Santos se ganaron a pulso y en contravía.
* Algunas biografías de Daniel Santos registran el 5 de febrero de 1916 como su fecha de nacimiento.
BIOGRAFIA.
Daniel Doroteo de los Santos Betancourt (Santurce, Puerto Rico, 5 de febrero de 1916 - Ocala, Florida, 27 de noviembre de 1992), fue considerado como uno de los grandes intérpretes de géneros tropicales como el bolero y la guaracha. Tuvo por sobrenombres artísticos El Jefe y El Inquieto Anacobero.-
Cuenta la leyenda que Daniel fue descubierto cuando cantaba la canción "Te quiero dijiste" (Muñequita linda) de Maria Grever mientras se bañaba. En ese momento, uno de los integrantes del Trío Lírico iba pasando por la calle y lo oyó cantar, entonces tocó a la puerta del apartamento de Daniel y le propuso unirse al trío, propuesta que fue aceptada por el joven Daniel.
En 1938, mientras trabajaba en un casino en Manhattan, cantó el tema Amor perdido sin saber que su compositor, Pedro Flores, estaba entre el público. A Flores le encantó la interpretación e invitó a Daniel a unirse a su grupo "El Cuarteto Flores".
En 1941, muchos puertorriqueños fueron enviados por el ejército de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Entonces Daniel grabó uno de sus grandes éxitos: "Despedida", la cual fue compuesta por Pedro Flores donde cuenta la historia de un recluta firme que tuvo que dejar a su novia y a su madre enferma. La misma canción fue prohibida en las radios de nuestro mundo excepto discos gramofónicos, discos de vinilo, discos de acetato y discos de LP ya que creaba conciencia en la ciudadanía y la oligarquía y muchos no quisieron participar el conflicto bélico de la segunda guerra mundial, con la incertidumbre de su retorno. Daniel sufrió el mismo drama que el joven de la canción al saber que fue reclutado firme.
Luego de pasar una depresión muy fuerte, se unió a la inmortal Sonora Matancera en 1948, haciéndola famosa a nivel mundial. Con La Sonora ganó mucha fama y fortuna, a la vez que exhibió una vida desordenada envuelta en placeres, licor y prostitutas. Tuvo 12 hijos con distintas mujeres y además estuvo encarcelado en Cuba, Ecuador y República Dominicana acusado a veces de posesión de marihuana (se dice que tenía receta médica para consumir este producto).[cita requerida]
En los años 1950 fue vocalista del grupo Los jóvenes del Cayo. También compuso la canción Sierra Maestra, la cual fue adoptada por Fidel Castro como himno de su movimiento.
En un programa de televisión dedicado exclusivamente a él, Santos contó una anécdota: en una ocasión, había tratado de suicidarse. Quería imitar a la poetisa argentina Alfonsina Storni, quien entró caminando en el mar hasta ahogarse, como se describe en la canción "Alfonsina y el mar". Pero cuando Santos sintió que no podía respirar se arrepintió y salió corriendo del agua.
Durante los años sesenta, su música se hizo muy popular en todo el Caribe. Fue tanta su popularidad en Medellín, que tanto él como Orlando Contreras fueron proclamados Los jefes por los clientes de los bares del centro de esa ciudad.
Durante sus últimos años de vida realizó algunas giras por Latinoamérica y grabó con Johnny Pacheco y el Conjunto Clásico.
Cantó junto a Héctor Lavoe la canción «Joven contra viejo».
Murió en su rancho de Ocala, Florida el 27 de noviembre de 1992 y fue enterrado en el cementerio de Santa María Magdalena de Pazzis en el Viejo San Juan, cerca de las tumbas de Flores y del caudillo nacionalista Don Pedro Albizu Campos. Su tumba fue abierta en el 2000 para enterrar al también cantante Yayo el Indio.
En febrero de 2016 se cumplirá el centenario de su nacimiento y se celebrará con una serie de eventos y festejos en Puerto Rico, Latinoamérica, Brasil, América Central insular y España. El Gobierno Municipal de San Juán elaborará una exposición en honor al Centenario de su natalicio.
Además, se hará un musical titulado El Inquieto Anacobero, dirigido por Federico Pacanins, el que será estrenado en el centro cultural B.O.D. CorpBanca, en Caracas. La obra es protagonizada por Juan Manuel Blanco en el papel de Santos, y contará con las actuaciones de Mirna Ríos, Rolando Padilla, Daniel Jiménez y Fabiola Arce.
PUERTO RICO
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