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martes, 11 de octubre de 2016

LA CRÓNICA AMENA

EL COMETA QUE DESVELÓ A LOS 

MARACAIBEROS


EL MOMENTO CUMBRE ESTABA SEÑALADO PARA EL 18 DE MAYO (....) ASÍ FUE: ESE DÍA HUBO ADEMÁS NOCHE DE LUNA LLENA.

Por RÉGULO DÍAZ (KURUVINDA / 1906 - 2005)



¿QUIEN ES MARACAIBO?

Editorial kuruvinda.
Impreso en Ediciones Astro Data, S.A.
Editor Alexis Fernández.




LA CRÓNICA, UNA RED EN EL ENCUENTRO Y EL HUMANSMO 


SELECCIÓN DE TEXTOS, DIAGRAMACIÓN Y MANEJOS DE MEDIOS: HÉCTOR PIRELA ZAMBRANO.





Una delgadísima línea de amor supremo por Maracaibo conecta la vida de Régulo Díaz, "Kuruvinda", con la de Héctor Enrique Pirela Zambrano: El más profundo regocijo al recorrerla, cuales alucinados "flaneurs, ora"  redescubriéndola, ora retroalimentándola desde su vastisima memoria. Suerte de cronopios iluminados por la gracia del relámpago y agitados por el zénith de cada mediodía,donde el sudor de la gente deviene en la tinta-sangre con la que estos sendos próceres resguardan la memorabilia de todo un pueblo. Agradecido por tanta bondad levantamos  nuestras humeantes tazas de café y,  por ellos y con ellos,  coreamos: ¡Salud!


Alexis Ramón Blanco
Agradecidos.






EL MOMENTO CUMBRE ESTABA SEÑALADO PARAEL 18 DE MAYO




RÉGULO DÍAZ (KURUVINDA)



CASI UNA VIDA ENTERA DEDICADA A LA OBSERVACIÓN DE TANTOS HECHOS CIRCUNDANTES, ME DIO A POSEER ESTA RECOPILACIÓN ENCADENADA DE ASUNTOS MÚLTIPLES, DIGNOS DE SER REGISTRADOS PARA BUEN PROVECHO DE LAS NUEVAS GENERACIONES. PORQUE DEBE SERVIR COMO UN LEGADO PARA MEJORAR LA CONCIENCIA.


KURUVINDA.



En 1947, en un vehículo Ford-Tico, José Joaquín Rojas, José Domingo Márquez y Regúlo Díaz, se propusieron trazar la ruta Machiques-Detroit y hacer historia al presentarle un criollamente repotenciado modelo Ford al padre de la criatura, Henry Ford. Entonces, ninguno superaba los cuarenta años, la dictadura de Gómez prácticamente acababa de terminar y el propósito, además de la aventura, constituía una refrescante manera de gritarle al mundo las buenas nuevas de Venezuela.

María Ferrer Mello.







EL COMETA QUE DESVELÓ A LOS MARACAIBEROS

◘ En mayo del año Díez sobrevino el magno acontecimiento de la aparición períodica del gran cometa de Edmundo Halley, lo cual ocurre cada setenta y cinco años y medio,aproximadamente. Para entonces la gente mejor preparada para entender de estas cosas era una minoria notable, puesto que había mucho analfabetismo; las noticias llegaban puntualmente por el cable francés todos los días, y nos traían explicaciones detalladas del tránsito del cometa, y los comentarios anticipados de un posible choque con la tierra; o cuando menos, sentirse aquí conmociones terrestres y atmosféricas por el efecto de la proximidad tan notable. 




El momento cumbre estaba señalado para el 18 de mayo, día del "paso"; el paso crítico a una distancia menor de la tierra y mayor del sol.




Así fue: ese día hubo además noche de luna llena, como para hacer más importante el gran espectáculo. 


En verdad el día señalado se sintió algo frío en esta ciudad. Fue notorio el hecho de algunas personas que se confesaron, ¡por si acaso!; y cuando menos, pude ver a una señora vestida de negro. El fenómeno se hizo patente al comenzar la noche, buscando en el cielo hacia el Occidente el núcleo, y la cabellera hacia el Oriente, dejando ver una estela luminosa bien larga. Grandioso es ver, cómo las estrellas del firmamento se podían reconocer dada la transparencia de la estela cometaria. Los individuos burlones, que cuallquier cosa les sirve de pretexto, se subieron a los techos para ver mejor hasta lo último, y para meterle miedo a las viejitas timoratas bajaron diciendo al estilo maracuchérico: "nos salvamos de chiripa... figúrense ustedes, que solamente faltaba el grueso del canto de un fuerte para chocar con la tierra". El fuerte  es la moneda de mayor tamaño. Unas pocas noches se estuvo viendo en derrota por el lado de occidente, alejándose cada vez más y perdiendo longitud, hasta desaparecer definitivamente y ya para el año 86 volverá como de costumbre por el Occidente, de madrugada acercándose otra vez, hasta proyectarse velozmente contra la presencia del Sol, para reinar después en los cielos de Occidente, cerrando así su larga órbita.





¡Que revolcones en el arenero de la callejuela me di, lleno de alegría!... y gritaba jubiloso: "¡el cometa!, ¡el cometa!... Me bañé en arena. 


El gran cometa de Halley tiene que volver en el año 86 de este siglo, y, de una muy personal, y hasta ingenua, por lo infinito de mi prestancia: yo exijo a todas las ciudades de este planeta, uno, o más apagones en los momentos nocturnos del paso crítico, cuando el cometa se vea despúes de la puesta del Sol imponiendo su máxima longitud; a fin de darle una oportunidad a las nuevas generaciones, ya que en estos tiempos el mucho alumbrado le quita visibilidad a los cuerpos celestes durante las noches, en las grandes ciudades.














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